"Bien dijo el sabio Schacabao que el rostro de Yog-Sothoth es el rostro del cielo mismo, la vastedad del espacio y él son una misma cosa y los círculos entrelazados y giratorios de las esferas son la marcha ordenada de sus pensamientos que transcurren unos veloces y otros lentos como el giro de las bandas del astrolabio que señalan los movimientos de las estrellas móviles.
Sólo se le ve el rostro pues cuerpo no tiene, pues su cuerpo es el universo, pero no es la materia misma de la creación, sino las medidas de ángulos y distancias entre la materia, pues no está compuesto de cosa tangible y sólo se le puede percibir como un conjunto titilante de colores que cambian constantemente, como los que se pueden ver en el caparazón de un escarabajo o en el ala de una libélula a la luz del sol.
Es la gran madre de las puertas que se abren hacia el exterior, hacia todos los rincones de este cosmos así como puertas menores incontables. Yog-Sothoth es la puerta y la llave pero no puede abrir esas puertas a su capricho sino solo cuando las estrellas se alinean y los ángulos son los adecuados para pasar. Se abre una puerta cuando parece él y su cara de esferas de colores centelleantes sobrepuestas girando unas dentro de otras a diversas velocidades."
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