sábado, 15 de noviembre de 2008

La Primera Piedra




Todavía no he contado cómo empezó para mí el tema de las piedras. Soy fotógrafa, muy novata pero fotógrafa, hago fotos por todos los sitios por donde paso y lo recojo todo: hombres, mujeres, niños, animales, árboles, flores, cielos, nubes y piedras. Bueno las piedras ya las cogía desde que tengo uso de razón, quizá porque mi padre era minero, químico minero, y siempre venía a casa con alguna piedra extraña. Cuando me casé, seguí con la tradición familiar y llené mi casa con piedras algunas extrañas y otras no tan extrañas. Bastaba un brillo, un canto, un color ó una especial textura para que yo me inclinara y la recogiera. Tenía una buena colección. Pero el 8 de Julio del 2008, osea este año, yo cogí una piedra muy muy especial. Y en mi casa, en mi estudio le estuve haciendo fotos desesperadamente. En ninguna conseguía que brillara su belleza. Fué entonces cuando reparé en un detalle: en una esquina había algo dibujado con tinta roja. Así empezó para mí la historia. La piedra no era particularmente hermosa. Ni siquiera el garabato lo era. Pero se trataba de una bomba de relojería que estalló justo en su momento. En ese particular momento.















El Brujo


Apenas unas horas después de escribir el mensaje de ayer se murió mi pajarito. Todavía le estoy dando vueltas al motivo y no lo encuentro. Hacía dos semanas escasas que había salido del huevo y estaba en una fase crítica. Se lo quité a la madre porque lo mantenía con el buche vacío que yo interpretaba como signo de abandono. Quizá no estuve muy acertada.

Había ligado el tema de las piedras con el de los pajarillos porque ese fué el impulso que me hizo escribir el primer mensaje en este blog. El primer mensaje siempre es el más difícil. Ahora me planteo cómo desligarlos. Me recuerda a cuando uno esta en la duda frente a dos opciones y consulta a un amigo y éste después de tomarse la molestia de darle vueltas y sopesar las variables te da un consejo: vé por aquí. Entonces tú, inmediatamente sabes que por donde tienes que ir es por allá, por allá, por el otro lado. Y tu amigo se cabrea y te dice que para eso que no le consultes etc. sin saber que te ha hecho el mejor de los servicios: te ha ayudado a averiguar qué es lo que no quieres. Es más fácil saber lo que uno no quiere que lo que uno quiere.

Porque lo que uno quiere a veces no depende de la voluntad de uno :) Ya se que suena un poco raro pero estoy segura de que es así porque es lo que a mi me pasa. En este momento no soy libre de decidir sobre seguir con las piedras o tirar por un camino más llano. Tengo mi voluntad secuestrada y casi que puedo decir que 'ellas, las piedras, me la han secuestrado' ¿Qué es la libertad? se dice que la facultad de poder elegir entre opciones diferentes pero... ¿quien elije por uno en cada momento?


De momento sigo con las piedras.