
"Oh tú, que a la sombra vives del Altísimo y al abrigo del Todopoderoso! Dí al Señor: '¡Oh Refugio, Alcázar mío, mi Dios, en quien pongo toda mi esperanza'; porque Él, del lazo de los cazadores te librará!.... No temerás los terrores de la noche, ni saeta que vuela por el día."