jueves, 27 de noviembre de 2008

El Faraon


Cada piedra es única. Entonces no se había inventado la imprenta y por lo tanto se podrían considerar incunables. Toda imagen es un signo y como tal, un recipiente cargado de perfume, el perfume es el significado. El significado entra por la nariz como un hilillo fino y una vez en la cabeza se expande y lo impregna todo. Eso es la comprensión. Justo lo que yo no tengo. Y lo que me hace sufrir.

Tengo mi litoteca en un garaje, en estanterías especiales para pesos pesados porque la información que esas piedras contienen es una información 'de peso' :) Esta litoteca no teme el paso del tiempo ni de las polillas ni de los fuegos. Ni siquiera teme que le violen el copyright. Definitivamente es lo que uno siempre había soñado. Cada día me siento delante del ordenador y analizo las miles de fotografías que les hago. La sorpresa se produce normalmente sobre el terreno, cuando selecciono el canto entre miles de cantos (ahora soy selectiva) pero si en la primera fase ha pasado desapercibido, el detalle puede 'saltar' sobre la tarima, frente al espejo, cuando lo fotografío y si entonces he estado un poco distraída y no lo he visto, todavía tiene una oportunidad cuando estoy sentada frente a la pantalla de mi ordenador. En esta ocasión este impresionante y Matississta faraón me pasó desapercibido en las tres fases. Fué ayer cuando distraídamente pasaba las imágenes mientras hablaba por teléfono, cuando saltó la chispa: me fijé en la barba....  Inconfundible.