lunes, 17 de noviembre de 2008


No siempre voy sola a coger piedras, a veces tengo buenas ayudantas como mi hija o mi sobrina. Parece que las piedras va siendo cosa de mujeres. Mi marido y mi hijo se lo toman un poco a coña y en general casi todo el mundo se lo toma como una más de mis excentricidades. Y lo cierto es que apenas si puedo creerme que después de diez años estudiando intensamente sobre temas diversos ahora todos confluyan sobre esas piedras. A pesar de todo, todavía no sé lo que necesito saber para 'entenderlas'. Sospecho que la cuestión es que ellas me van a enseñar, que ellas mismas tienen las claves para su desciframiento, es decir, que tengo que estudiarlas a ellas y olvidarme de todo lo que he estudiado antes.

He tenido varias entrevistas con gente de la universidad; la última fué particularmente interesante porque parecía que participaba de mi mismo entusiasmo por las piedras pero hace ya tres semanas desde el último contacto (y el primero) y parece que se ha volatilizado. Mi hijo piensa que se lo han cargado los de la CIA porque quería saber demasiado. Mi marido dice que se ha fugado con la esposa del decano pero yo pienso... que ha sido cosa del Pentágono.