sábado, 29 de noviembre de 2008

El Genio de la Lámpara



Por más vueltas que le doy al informe sobre la falsedad de los hallazgos en las excavaciones de Iruña Veleia no entiendo nada. El asunto huele mal. Un arqueólogo que ayer era una eminencia hoy es un rufián. Según el informe, Eliseo Gil pretendió estafar a la administración colocando objetos falsos burdamente manipulados con papel celo y pegamento y nombres anacrónicos como Descartes y Nefertiti (sin contar con el Rip del 'primer calvario de la historia'). Es decir, de forma apresurada y chapucera Gil se dedicó a echar piedras contra su propio tejado: su prestigio y sus lentejas. Y para más inri (o rip) el equipo que dirige la investigación es juez y parte porque es precisamente el que le va a suceder en la dirección de estas problemáticas excavaciones. ¿Qué es lo que se esconde tras todo este embrollo? ¿Es posible que se hayan echado unas cuantas  manzanas podridas en el cesto para pudrir las sanas? Quiero decir que la forma de desprestigiar los hallazgos 'válidos' sea cubrirlos con una capa de mierda que es precisamente lo que parece que se ha hecho porque ahora nadie habla ya de los descubrimientos válidos sino precisamente de los dados por 'no auténticos'. No quiero pensar (aunque muchas cosas apunten a eso) que simplemente a Eliseo 'se le ha hecho la cama'. 

Cuando ocurren estas cosas siempre pienso en Francia y su famoso chovinismo. ¿Qué fué del espíritu de Fuenteovejuna? Seguramente se lo llevaron los romanos pegados en las sandalias al pais vecino.