lunes, 24 de noviembre de 2008

Los Lugares


Coger piedras es un trabajo duro, tan duro que ya es la segunda vez que me dejo las rodillas en el empeño: he tenido que estar algunos días con la pata tiesa llena de pomadas para recuperarme. Y es que quizá he empezado un poco tarde aunque también es verdad que con 18 años difícilmente se me hubiera dado por dedicar las 24 horas del dia a un asunto tan 'problemático'.  ¿Por qué se hace tan difícil mostrar la mano del hombre en este asunto? Por más que vean su nombre escrito en las piedras se piensa que es cosa del arado.  Mi hija en plan de coña me dice 'Que te apuestas, mamá, que después de todos tus esfuerzos al final lo que te vas a encontrar escrito en las piedras es el mensaje de 'tonto el que lo lea' y se descojona.

Bueno yo a veces también me descojono pero otras también me hincho de llorar: ¿cómo se me ocurre a mí meterme en tamaña empresa? Porque lo malo es que cuando me meto en algo no lo dejo hasta la última estación y la última estación de esta empresa está ya en mi tumba.

Ahora eso sí, los lugares son preciosos. Me llenan de energía y vitalidad. Y doy gracias por eso a la divinidad correspondiente y repito para mí aquello de "Señor yo no soy digna de que entres en mi casa..."

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